Casi a punto de lastimar a alguien a quien quiero musho, me voy dando cuenta que me he deslindando de mi responsabilidad afectiva en MUCHAS OCASIONES con la excusa de la honestidad. Porque pensaba que diciendo la verdad era mi manera de lavarme las manos. Vamos, ya saben, el famoso "bajo advertencia no hay engaño" y en este punto, uno sin retorno, veo mi mezquindad bajo otra luz y me siento avergonzada.
Me viene a la mente la imagen de Adr*an, el muchacho al que conocí en tinder y con quién salí un par de meses en el 2018. Tengo el vívido recuerdo de él y yo sentados en columpios, pasadas las diez de la noche, tomando fourloko y quejándonos de nuestras vidas. Recuerdo que me senté en sus piernas y le conté del m*mors y de k*rli y le dije, le repetí, que no podía ofrecerle algo serio o formal. Ni siquiera algo estable. Y pensé, en mi egoísta ingenuidad, que con eso era suficiente.
Pero luego las cosas escalaron y yo me sentía cada vez más arrinconada e infeliz y lo ghosteé. Y recuerdo que me buscó, me recogió de mi taller y en la camioneta de su papá platicamos un poco tensos y cuando me dejó en mi casa dijo que esperaba volver a salir conmigo y yo le dije que ya no me buscara ni me hablara más.
Y pensé que mi advertencia, que mi honestidad me exentaba de haber actuado de forma irresponsable.
Mis palabras decían una cosa pero mis actos no.
Y nunca me sentí mal después de eso. Pensaba -y cantaba también-
Should've known I'd be the first to leave
Think about the place where you first met me
Y ya.
Y eso también con los demás chicos de tinder ese año. Y este año también. Y mis amistades, por amor de deosa, con mis amigues también.
Y por alguna razón creía que la honestidad era todo. Que con decirlo bastaba.
Pero me hacía falta actuarlo. Ser congruente, pues.
Y ahora no puedo dejar de pensar en todas las personas a las que lastimé y a las que nunca me acerqué para intentar reparar mi daño o siquiera ofrecí disculpas.
"Yo dije..." sí lo dije, pero también acepté y también tomé sus manos y acepté sus regalos y acepté verles y exageré mis sentimientos y oculté mis pensamientos y por más que lo decía más parecía atraerles hacia mí y yo me incomodaba y me fastidiaba porque, ¿Es que mis palabras no eran lo suficientemente claras?
Olvidé por completo que mis acciones debían serlo también.
Y no es como que esté diciendo que sea mi culpa mi ruptura con esas personas o que el daño fue enteramente de mi parte. También soy consciente de que debieron escucharme cuando decía las cosas. Sólo que nunca me había detenido a pensar en el impacto de la incongruencia de mis acciones, y de cómo mi "honestidad" no me excusaba de nada. Que con honestidad o no seguía teniendo una responsabilidad, algo que no quise ver.
Todo es más claro ahora que, desde hace un par de meses, pensaba en mi deseo por hacer un gateway car. En el 2018 salió mal, ajá, ¿Pero en el 2016? Pues también me salió ahora que lo pienso. No entiendo mi necedad por insistir en el tema pero bear with me.
Pensaba que deseaba entablar un vínculo con alguien, nada serio ni formal, sólo para entretenerme, para no sentirme sola, ya saben, alguien con quién charlar o salir -post vacunas-, no sé, ya saben. Una "amistad" ni tan amistosa ni tan platónica pero ni tan romántica o sexual.
No lo sé. Una distracción, más que nada, alguien que pudiera consumir mi energía y mi tiempo sin aburrirme, incomodarme o engancharme.
Y descargué un par de veces tanto bumblee como tinder pero la presión, los mensajes que se desbordaban en mi bandeja de entrada, lo... artificial, terminaban agobiándome al punto de borrar todo eso. Sin decir ni una palabra y otra vez pensaba "siempre fui honesta con respecto a mi inestabilidad momentánea"
¿Eso me excusa de actuar sin responsabilidad, haciéndome la impune?
Ahora me siento en una encrucijada. No puedo hacerle eso a alguien que quiero, alguien que ha sido tan bueno conmigo. He estado varias horas pensando en todo esto, en todo lo que significaba para mí hacer un gateway car, en cómo nunca me había importado la otra persona porque mientras yo "fuera honesta", nada podía salir mal y nadie podía reclamarme. Creo que he tomado mi decisión y es que miren, si no tengo nada qué ofrecer en este momento, ¿Por qué le haría creer a alguien que sí?
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