Me partí la cabeza hace unos días

 Como el zumbido de un mosquito en mi oído, la idea de suicidarme/morirme/no existir ha estado presente e insistente en mí.

Me ha llenado de angustia. Son voces poderosas dentro de mi cabeza que dicen que si no hubiera nacido, mis gfs serían más felices, mi hermana sería una mejor persona. Si no hubiera nacido, Karli podría tener mejores amigas, sería más feliz, no tendría cicatrices en el alma. Si no hubiera nacido, el mimors encontraría a alguien digne, alguien genial, alguien guape, alguien que pudiera amarle como lo merece.

Mis amistades tendrían vidas plenas, alegres, tranquilas. Podrían salir a tomar y bailar sin preocuparse por mí, sin tener que cuidarme. A Fany no le habrían robado el teléfono. Yazmín y Jazmín no me mirarían preocupadas cuando hago chistes sobre matarme. No habría lastimado a toda la gente a la que lastimé. Probablemente Manzano podría dormir mejor por las noches. Diian no se sentiría con la obligación de llamarme de tanto en tanto. Mis mutuals en tuiter no estarían preocupades cuando no tuiteo, imaginando lo peor. 


Desde enero que no vivo algo así. Esa voz en mi cabeza se había mitigado cuando mi tía favorita falleció de covid y mis gfs dieron positivo días después, casi horas. En enero esa voz diciéndome que no era lo suficiente empezó a cobrar fuerza, en febrero fue ahogada por todas las cosas que tuve que hacer para cuidar a mis gfs y pensé que se había ido.

Hace dos o tres semanas que regresó y regresó con fuerza.


¿Mi primer instinto?


No decirle a nadie.

El segundo fue emborracharme.




Estuve las últimas dos semanas pedísima. Tomaba casi diario y casi siempre hasta el blackout. No sabía por qué pero sentía que debía hacerlo. Como si mi vida dependiera de ello.

Días después, hace muy poco, en una fría noche llena de viento y silencio, me di cuenta de que era porque quería morirme.

No, no quería morirme, pensaba en desaparecer. Me hacía mundos imaginarios donde la gente que me conoce nunca me había conocido. Y en todos esos escenarios eran más felices de lo que son ahora, en la actualidad. Incluso mis gfs sonreían y se reían más de lo que ahora hacen. Manzano era más feliz. El mimors también y Karli



Digo, ¿Cuál era el propósito?

Creo que esta ideación suicida se había ocultado bajo capas de duelo, de tragedia, de actividad física, de trastornos alimenticios, de alcoholismo, de fijaciones, de mastubarción, de buscar aprobación de gente que no conozco y me importa una mierda en tumblr.

Me escondí en mis palabras. En mi música. En mis noches. En mi clítoris. En mi vino. En mi piel. Y no dejé que nadie más entrara.


Miré la foto de Karli en whats y pensé: ¿Qué le puedo decir? ¿Qué le voy a decir? "Oye, me quiero morir y por eso he estado actuando bien pinche raro"

El solo hecho de estirar el brazo para responder a las vibraciones de los mensajes de mi madre me provocaban un suplicio emocional y físico. ¿Qué le iba a decir?

¿Qué me iba a preguntar?


¿Qué vería en mis ojos cuando me viera?



Hice lo que en mi infancia hubiera hecho, cuando me sentía acorralada por el coco. Me cubrí de mantas, cerré los ojos con fuerza y apreté los labios y las piernas. "Que no me no encuentre, que no me encuentre"

Oré. Le pedí a alguna entidad divina, inhumana o sobrenatural que me ayudara. Que me echara un lazo, que no me dejara morir así. Que lo valía.


Luché contra cada pensamiento, cada tuit invitándome al suicidio. Eso me ejó exhausta. Para el final del día veía mi teléfono y veía el número de mensajes y llamadas, DMs' y notificaciones de facebook y pensaba que no valía la pena.

¿Quién chingados querría saber de mí?


Todes estaban mejor sin mí.





No sé qué hizo que me levantara a las siete de la mañana para tomar un examen, para estar seis horas sentada. No sé qué me hizo ponerme calzones limpios, bañarme, darme de desayunar. No sé qué me hizo detenerme de aventarme de mi balcón, de tirarme al boulevard, de  colgarme con la extención de cable, de envolver cloro en goma de mascar o cereal de desayuno. No sé.


Sólo sé que hoy estoy aquí, pedísima, confesándoles esto.



El amor. La creación. La vida. Los fantasmas. Las canciones tristes. 


No sé por qué estoy aquí. Sólo sé que estoy aquí. Y no quiero romperle el corazón a nadie.


Quiero seguir aquí.






Hace como uno o dos días descubrí que tenía partida la cabeza. Estaba sentada en el sillón, mirando videos en mi teléfono sola junto a Manzano y cuando miré mis dedos vi que estaban llenos de sangre. 

Ayer todavía me ardía el coco por lo mismo. Espero hoy estar mejor.


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