No recuerdo cuál fue mi última plática con ella, recuerdo detalles: Que estaba pensando en darse de baja de la carrera, que últimamente discutía mucho con su mamá, que estaba enamorada de su novia y que la terapia no le estaba sirviendo. Tampoco recuerdo si alguna vez hizo algún comentario alarmante, claro, hacíamos chistes sobre suicidio pero eso me parecía normal, como cualquier otra persona de veintitantos años.
Recuerdo otras cosas: Recuerdo su cara, su voz y se peculiar acento. Recuerdo sus bromas de ligarme. Recuerdo sus opiniones, su spanglish y su amor por el kpop. Recuerdo algunos detalles de su muerte también.
No recuerdo con exactitud la fecha ni la hora pero recuerdo que fue entre el 20 y 25 de abril, entre las 10 y 11 de la noche en que me avisaron. No recuerdo cómo pasé esa noche y no recuerdo las siguientes tres. Creo que estuve muy ebria.
Abril del 2018 fue uno de los peores meses del año y de mi vida.
Abril del 2021 ha sido uno de los mejores meses del año y de mi vida.
Había estado tan contenta y emocionada con retomar mis vínculos con el mimors y con la Karli que olvidé por completo el aniversario luctuoso de mi amiga.
¿Qué clase de persona soy?
Una muy buena seguro no.
Todos los días desde entonces pienso en ella. Antes pensaba mucho en ella, casi todo el tiempo, me atormentaba la idea de que yo no había sido una buena amiga. Que, si ella quería morir, yo no estuve ahí para intentar convencerla de lo contrario y de no poder, acompañarla. Han pasado tres años ya pero a veces no puedo dormir pensando en que seguro se murió triste, desesperada, sola. Abandonada.
No puedo con esa idea. Siento que mi corazón se fracciona poquito cuando me permito tener charlas honestas conmigo misma sobre el asunto: No es mi culpa. Yo no podría haberla salvado. No tengo el poder de salvar a nadie que no quiere ser salvado. La mayoría de la gente que se suicida no muestra señales. No es mi culpa. Ella está mejor ahora, donde quiera que esté, si es que está.
No podría haberla salvado pero pude haberla acompañado. La terapia no le estaba sirviendo, pude haberle ayudado a buscar otra. Pude haberle dicho a su mamá, a su novia. ¿Dijo un par de cosas problemáticas y yo no lo noté? ¿Pude haber cambiado algo si le hubiera correspondido?
¿Soy una mala amiga porque olvidé por completo el día en que se fue de este mundo por estar tan emocionada por dos personas que me hacen muy feliz?
¿Me perdí tanto en mi propio alivio que la olvidé a ella, igual que en el 2018?
Todos los días pienso en ella, pero cada vez recuerdo menos cosas. Con el tiempo muchos recuerdos se han ido desvaneciendo, como tiza de colores sobre la banqueta. Los pocos recuerdos que me van quedando se van deformando, a veces me preocupa mucho no recordar detalles u obviedades: ¿Así sonaba de verdad su voz? Estoy segura que usaba esta palabra.
Checo mi galería de fotos de la nube y busco una selfie suya que me mandó alguna vez.
Tengo que arrastrarme a mí misma ahí, cada tanto en tanto, para mantener su rostro fresco en mi memoria.
Temo olvidarlo, como he olvidado ya muchas cosas. Y pienso mucho en eso de que la gente sólo muere cuando es olvidada, quiero decir, COMULGO con eso. Pero me atrevo a olvidar. ¿Qué carajos me pasa?
Sé que lo podrían estar pensando: "No eres mala, Mariana. Lo olvidaste porque eres humana y porque mereces ser feliz. Olvidaste su muerte pero no la olvidaste a ella"
Sé que todo eso es verdad. Sé que esto no es culpa ni del mimors ni de Karli ni mucho menos de mi amiga. Sé que tampoco es mi culpa.
A pesar de estar consciente de ello sí me he sentido muy angustiada desde que me di cuenta. Y esa sensación de no ser suficiente, igual que en el 2018, apareció, lacerándome los buenos días y rompiendo con mi muy corta racha de tranquilidad.
Sé que no puedo pasar toda mi vida llorándole, pero cada vez que hablo del tema con alguien no puedo evitar llorar. Y no tipo lágrimas contenidas, sino llanto crudo y doloroso que nace desde mi pecho y sale de mí como borbotones y sollozos y mocos y dolor de cabeza y ojos hinchados y pesadez en el corazón que me suele durar semanas y semanas, hasta que se desvanece y lo olvido y vuelvo a recordar y es otra vez el mismo ciclo.
Estamos en pandemia y no he visto a ninguna de mis amistades, entonces, no he podido hablarlo con alguien. No he podido llorar, no como debería. La idea de que pudiera estar atestiguando mi desdicha y mi sufrimiento y sienta pena de mí, me avergüenza. Me hace sentir más impotente y miserable.
"Ella no querría que estuvieras triste"
Yo sé que no. Pero lo estoy de todas maneras y cada vez que pienso en ella y en esto, me hundo más.
Es normal, he leído que los duelos difieren mucho dependiendo de la pérdida: El suicidio de mi amiga de 21 años, cuando yo vivía muy lejos de casa, cuando estaba agobiada y enterrada en trabajo, cuando vivía con otra muy querida amiga, cuando intentaba entablar una relación sana con mi mejor amiga que vivía cruzando el pasillo, cuando yo estaba ~creciendo~ fue algo muy perturbador y traumante.
Y tardé un mes en poder asimilar y llorar. Y he llorado desde entonces.
Me pregunto si llegaré a un punto de mi vida en donde pueda sentirme tan plena y tan contenta y tan tranquila que olvidaré por completo toda la tristeza y el dolor y el vacío que su muerte me dejó. Me pregunto si alguna vez podré decir su nombre en voz alta -o siquiera escribirlo- sin llorar.
Y, bueno, no tengo resolución a esto, sólo me siento mal y ya. Pienso mucho en esto cuando me quedo sola -sin mensajes en el whats, sin las voces de mi familia en casa-, en lo blanco de mi regadera, en la oscuridad de mis noches, en el fondo de mi botella de vodka y en el silencio de mis atardeceres. No sé qué más podría hacer. Una vez pensé en contactarla por la ouija o algo así pero he visto suficientes películas de terror como para saber que no es una buena idea. Creo que no tengas muchas herramientas para vivir este duelo. Sólo puedo recostarme en el sillón de mi casa y esperar a que pase y regrese y vuelva a pasar y así hasta que ya no me quiera morir.
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