Si cierro los ojos y me quedo en silencio puedo ver su carita preciosa en mi mente y si me quedo quieta puedo sentir sus manos acariciando mi piel y si me quedo en la oscuridad puedo escuchar su voz tan claramente, como si estuviera ahí conmigo.
Entre mis sueños lo alcanzo y entre mis días me resisto a buscarlo.
Van a pensar que soy bien dependiente (o peor aún, que somos codependientes unx del otrx) pero, ya saben, aquí nada es lo que parece y siempre he sido una persona muy visceral. Ni siquiera en el verano del año pasado cuando estábamos muy mal dejé de sentir esto, que más que un deseo y más que una necesidad es como algo natural en mí, como ¿un instinto?
Y es que desde que nos conocimos no he sido igual. Literalmente no recuerdo mi vida sin él. No recuerdo qué se siente no quererlo, no desearlo, no anhelarlo tanto. Por momentos me siento muy abrumada porque es algo muy complejo y algo indomable. No entiendo muy bien de dónde sale esto: ¿De mi corazón? ¿De mi cerebro? ¿Son mis hormonas, es mi baja autoestima o es mi miedo a la solitud? ¿Es esto el destino, nos une verdaderamente un hilo rojo? Si existe el amor de la vida, ¿Es él el mío? ¿Yo soy el de él?
No me alcanzan las palabras para describir esto. De verdad que no. Y miren que yo siempre tengo algo qué decir o qué hacer y él sabe cómo quitarme las palabras de la boca, sabe cómo arrebatármelas de las manos. Sabe encontrarme, sabe dónde estoy yo.
Luché contra todo lo que conocía en aquel entonces porque era lo correcto: Nuestra dinámica ya no iba bien. Yo me sentía muy... cansada, abandonada, dejada de lado. Pensaba que aquí era donde encontraríamos nuestro punto de partida y cada quién se iría por su lado. Por eso esa mañana de agosto no dudé en ponerlo sobre la mesa cuando me di cuenta de que ni yo iba a ceder ni él tampoco: "Entonces hasta aquí llegamos".
Hasta ahí llegamos.
Lloré un poco ese día pero los siguientes me esforcé mucho por seguir, por reflexionar y racionalizar mis sentimientos. Era lo correcto, por eso ya no sentía la culpa que antes había pasado cuando lo dejaba (porque, oh vaya, no era la primera vez que nos dejábamos así), sentía dolor sí, pero sabía de dónde venía y sabía por qué estaba ahí.
¿Y qué hice con ese dolor? Me enfrasqué en ver películas, hacer memes para mis páginas, leer y escribir. Escribí mucho. A un ritmo casi frenético. Y lo hablé con un par de amigues, quiénes estuvieron de acuerdo conmigo en que era lo mejor, que ya íbamos mal, que era lo justo, que yo estaría bien al cabo de un tiempo.
-Te has repuesto de cosas peores, Mariana-
Y sí. Era cierto. Él no era la primer persona que amaba que se iba y seguramente no iba a ser la última.
Dejé de soñar con él, dejé de decir su nombre y no volví a hablar de ese tema con nadie, ni en este blog ni con mis amistades ni en twitter ni nada. Dejé de escuchar ciertas canciones. Temblaba de nervios cada vez que veía su nombre en las notificaciones de mi página de memes pero hasta ahí.
Eso sí: No dejé de revisar mi correo en busca de algo suyo ni un día.
La vida parecía avanzar muy lentamente. Descargué Tinder (estando ebria) como en el 2018 y así como en ese año todo parecía tan decepcionante y yo sólo me sentía más angustiada. Me sentía como... desequilibrada.
Y cuando llegó diciembre yo ya no podía más. Me ardían los dedos de la ansiedad. Necesitaba saber de él por él. Necesitaba saber que estaba bien, que no me odiaba. Necesitaba saber que él no estaba viviendo lo mismo que yo.
Así que, contrario a la opinión de mis mutuals en mi cuenta candado de twitter, le escribí un correo en navidad.
En la madrugada del 25, apenas un minuto después, recibí su respuesta. Pocas palabras, porque yo apenas me animé a escribirle apenas dos palabras. Casi me reí al ver el tiempo entre mensajes. Estaba segura que él estaba por escribirme y yo le gané. No tenía manera de probarlo pero sabía que así había sido. Iba a ser la primera navidad sin decirnos nada. No iba a dejar que eso pasara, aunque fuera por la nostalgia y por la idealización de él y de nuestra relación que yo tenía tan arraigada de tiempo atrás.
Esperé que me escribiera él en año nuevo pero no fue así. Luego llegó la fecha de los reyes magos, el regreso a clases y nada... Puro silencio, vacío en mi correo y en mi corazón también. Apreté los labios y me arremangué los sentimientos y me puse a hacer mis cosas: A escribir, estudiar, y seguir buscando lo mío, seguir con los planes que tenía cuando él seguía aún conmigo.
Pero su nombre en mi página de memes aún me perturbaba. Le decía a mis amistades que no podía bloquearlo, porque mi página de memes recibe a todes quiénes quieran llegar y porque además es uno de los pocos espacios para la gente pan que existen y yo sé que él tuvo su largo y turbulento camino para reconciliarse con su sexualidad y no lo iba a correr de ahí nomás porque a mí me daba repelús verlo.
No me parecía profesional, pues, así que no lo hice.
Y luego llegó febrero y mi vida se fue al caño. Ya lo saben.
Dejé de comer, dejé de disfrutar las cosas. Estaba cansada todo el tiempo y el llanto amargo se me acumulaba en el pecho. Estaba a nada de desbordarme. Mi mente iba y venía entre ilusiones y pesadillas horribles.
Y en todo ese tiempo no dejé de desear tenerlo cerca. Sé que él no podría mágicamente resolver mis problemas pero el solo hecho de saber que él me iba a sostener me era un consuelo. Pero las cosas no eran así y él no apareció bajo mi balcón en un mítico pegaso, para recogerme y llevarme a un castillo escondido en un bosque mágico.
Yo no era una princesa ni él un príncipe.
Y además en esta ciudad sólo hay narcos y baldíos áridos, tierra de nadie.
Siempre me he preocupado por su bienestar, y me preguntaba qué andaría haciendo, si estaba pensando en mí, si me extrañaba o me odiaba.
Envalentada por el par de copas de vino que había tomado ese día, me animé a escribirle por correo. Una palabra.
Ey
Su respuesta me dejó EN SHOOK. Casi me arranca la peluca.
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No sé cómo describir o detallar esto. No creo que estemos hechos de lo mismo, incluso cuando sé lo seguro que él está de que somos "iguales".
No tenemos mucho en común, no en realidad. Quiero decir, él es más de e-sports y esas cosas. Yo me emputé cuando leí Cumbres Borrascosas (Tipo Heathcliff y Catherine LA PEOR PAREJA EVER O SEA NO PUEDO NI SIQUIERA EMPEZAR A DECIR LO HORRORIZADA QUE ESTOY QUE LA GENTE HETERO CREA QUE ESTO ES UNA HISTORIA DE AMOR, WHAT THE FUCK)
Claro, vemos la vida bajo varias luces similares. Pero a él le estresan las películas de terror y a mí me encantan. Su gusto musical es un total misterio para mí aunque sé que el Kpop tiene un lugar preciado en su corazón y yo creo que George Michael revolucionó el mundo musical, tipo Kissing A Fool es MI JAM.
Él sería incapaz de hacerle daño a un ser humano, al menos uno físico. Y yo me quiero almorzar a lxs ricxs (no soy caníbal, sería canibalismo si fuéramos iguales diría Hannibal Lecter y yo tengo muchas opiniones sobre ese tema que no voy a detallar en este momento)
Hay tantas cosas que nos hacen diferentes, incompatibles, que hacen que este amor sea imposible, improbable, ilógico, una paradoja.
Y aún así nos la hemos arreglado para desafiar todo lo conocido por el hombre. CRÉANME CUANDO LES DIGO ESTO que sí, hemos desafiado todo lo que el ser humano moderno conoce.
Luego de un intercambio cordial de correos, me escribió por fin a mi número personal y hemos estado platicando desde entonces.
No sé qué va a pasar, es muy pronto para decirlo y como siempre he dicho, no se me dan las promesas. Lo único que sé es que este amor no se apaga, no sé cómo apagarlo y lo más importante: No quiero apagarlo.
No podría apagarlo aunque quisiera.
Como un fantasma en mi balcón, él, su presencia, sus sentimientos por mí, nuestra historia, lo que yo siento por él, se hacen presentes. Por más que he intentado alejarme, parece que regreso inevitablemente a él. Como si me encontrara en un laberinto. Como si corriera una carrera pero a propósito cerrara los ojos para no llegar al final.
No sé si vamos a salir vivos de esto, pero oigan, ¿Cuándo la muerte me ha detenido de algo?
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