Sentía su mirada taladrándome la nuca pero cuando me volví -porque asumí que era un maestro o alguien de otro grupo quién me miraba-, me encontré con mi amiga. Me sonrió pero no era sonrisa de felicidad, más bien parecía mueca de desagrado.
Siempre tuvo una manera de ser conmigo que no me gustaba. Hacía "bromas" que parecía que las decía en serio. Su risa, cuando yo estaba cerca, se sentía muy pesada. Fingida. Nunca le pregunté si tenía algún problema pero era evidente por sus actitudes que así era.
Sus comentarios dejaron de ser graciosos y me empezaron a incomodar, sutilmente me herían pero cuando notaba que yo me daba cuenta me hacía GASLIGTHING -ahora lo puedo nombrar-
¿Cuál era su problema?
Monse era mucho más alta que yo, quizás dos cabezas y por lo mismo también pesaba más que yo. Usaba lentes, su cabello era lacio y muy negro y su sonrisa desdeñosa. Sus ojos pequeños se entrecerraban cada vez que me veía, como si yo fuera algo feo que tuviera que ver por obligación.
Se decía mi amiga pero poco a poco comenzó a alejarse de mí y de mis demás amigas. Seguía diciendo comentarios hirientes y se reía en voz alta cuando me caía en clase de educación física o me iba mal en la clase de inglés.
No lo supe interpretar en su momento. Ella sabía poco de mí como para odiarme con tanta energía. No habíamos peleado nunca por algo, ni siquiera se había mostrado en desacuerdo por algo que yo hubiera dicho o hecho. No lo supe, hasta meses después de cambiarme de escuela.
Monse estaba enojada conmigo porque yo tenía una relación con un compañero del grupo. Él era mi amigo y nada más, a mí no me gustaba ni tantito pero apreciaba su compañía y sus bromas. A Monse no le parecía y eligió el camino de la violencia pasivo-agresiva.
Como dije, no me enteré sino hasta mucho después, cuando hasta mi fantasma se había desvanecido por los pasillos fríos y largos de aquella escuela católica, lo que pensé que había sido un malentendido de niñas de secundaria, apenas un mal manejo de las emociones, se volvió un patrón.
Se repitió no una, sino tres veces más.
Muchas veces no me gusta contar lo que me pasa porque sé que es increíblemente estúpido y demasiado raro y sé que la gente levanta las cejas en señal de incredulidad -¿para qué molestarme?- pero esta situación se repitió tanto que comencé a pensar que quizás yo tenía algo de culpa. Algo yo estaba haciendo para provocar todo esto y si no, cuando menos atraerlo.
En la prepa pasó algo similar. Un chico -con una popularidad considerable entre alumnxs y maestrxs- se me acercó y me hacía plática. Yo tuve muchos problemas con esa interacción por muchas cosas -a rasgos generales era demasiada su popularidad y yo demasiado autista, además de que el tipo era homofóbico y lol no- y tenía una amiga-compañera que me hacía comentarios así de mezquinos.
adIVINEN CÓMO SE LLAMABA.
Exactly. Monse también.
TAmpoco me di cuenta de que le gustaba ese muchacho porque nunca hizo evidentes sus sentimientos o me dijo algo.
¿Cómo una se entera de esas cosas si no es de la boca de la misma persona? Odio a la gente neurotípica.
Mientras mi adolescencia se desvanecía me imaginé que ese tipo de situaciones incómodas se irían también, que todo era el producto de la inmadurez emocional y comportamientos patriarcales que yo no entendía muy bien porque entonces ya sabía que no era heterosexual.
Todo eso lo dejé atrás cuando me gradué y me encontré en entornos nuevos, con la esperanza de no volver a repetir las mismas situaciones traumáticas de la juventud.
Y todo fue muy bien por un par de meses pero OTRA VEZ pasó.
Monse era la ex novia de mi entonces novia. Me siguió por twitter y me hacía plática. Mi novia me decía "No le hables, no le hagas caso" y a mí siempre me pareció exagerada su opinión. Literalmente su ex no me había hecho nada pero ella insitía: NO ES TU AMIGA, NO QUIERE SER TU AMIGA.
Pero a mí me trataba bien. Hablábamos de Glee y cositas así. Era un par de años mayor que yo y me parecía genial.
Pero a pesar de que quizás a cualquier persona de 18 años el hecho de que la ex de su ex le hablara le resultaría extraño, a mí no. Siempre fue amable conmigo y yo creí en sus palabras.
Pequé de ingenuidad, la verdad. No sabía qué esperar.
Pensé que por ser mujer el daño no existiría. Que éramos tres sáficas que no nos heriríamos porque sabíamos cómo trabaja el patriarcado.
LOL ME
Monse no sólo me engañó, también hablaba mal de mí a mis espaldas. Se portaba muy linda conmigo pero con mi ex era quién verdaderamente era: Venenosa. A la espera de atacarme.
Tiempo después mi ex se atrevió a decirme lo que realmente pasaba: Yo no le caía bien a Monse, ella pensaba que yo le había robado a su novia y quería venganza. Ardía en deseos de hacerme sufrir. Y aunque realmente mi relación con ella no fue tan cercana, algo de mí lastimó. Me causó miedo e inquietud. Desconfianza.
¿Y si de verdad me hubiera abrazado? Seguro habría sacado una daga para apuñalarme.
Todo esto viene a cuento porque, años después, -dos o tres- llegó otra Monse. Mi historia con ella fue tan interesante como peligrosa. Un día encontró este blog, halló mi correo y me escribió una carta. Se presentó como alguien sin nombre y sin cara. "Leí tus palabras y no podía creer que alguien pensara así" dijo. "Te encontré por alguien en común", "Creo que eres genial".
¿Y yo? Yo me tragué cada palabra.
Mantuvimos contacto por correo. Yo sentí que una parte de mí se enamoraba de ella, de su admiración, de su forma de pensar y de reflejarme.
Por aquel entonces yo estaba con el mimors, y obvio nadie nunca le ha ganado a mis sentimientos por él, pero aún así ella me causaba mucha intriga. Me siguió por twitter y como era de esperar, su cuenta era totalmente anónima: Si nombre, sin foto suya, sin datos personales.
La curiosidad me invadía.
Poco después se descubrió, dijo ella que no toleraba mantenerse en lo secreto: Era "amiga" del mimors, me había encontrado por un comentario que yo le dejé a él en su facebook, burlándome de la gente hetero. Que le parecí interesante. Leyó mi blog y se dio cuenta que era novia de su amigo y me escribió.
Nuestra historia fue única. Se hizo amiga mía con mucha facilidad, yo creí en ella. El mimors se enteró poco después -porque nunca le guardé secretos- y pensé que estaba a salvo, que era una chica que de verdad quería mi amistad, que me veía valiosa.
Su nombre era Monse y claro que no me veía valiosa. Quería destruirme, porque pensó cosas malas de mí, porque creyó que yo le robé al novio, porque sentía curiosidad morbosa.
Y lo hizo.
Se disfrazó como mi amiga y me destruyó desde adentro. Le confíe mis secretos: mi historia con Karli, el suicidio de mi amiga, mi ruptura con el mimors en el 2018. Le confié mis sueños de escribir, mis ganas de morir, mi incertidumbre. Mi dolor, mi esperanza y mis ganas de vivir.
Me mintió y poco a poco comenzó a alejarse, recitándome cosas muy crueles. Lastimó mis sentimientos y mi corazón y hasta el día de hoy tengo miedo de volverme a abrir con alguien por temor a vivir lo que ya viví.
Un día no tuve a nadie más que a ella y ella se encargó de hundirme hasta lo más profundo, para asegurarse de que jamás tuviera a nadie más, nunca.
Dijo que ya no podía ser mi amiga y desapareció. Meses después y cuando el mimors y yo regresamos, volvió a aparecer y luego volvió a desvanecerse. Apareció otra vez más y me dejó al final.
Me bloqueó de twitter y yo le regresé el bloqueo. Hace unos meses vi que seguía mi página de memes y y yo me armé de valor para bloquearla.
Luego de todo este tiempo de sentirme culpable por el dolor que otrxs me provocaban, llegué a la conclusión de que yo no hice nada para ganarme esta mierda. Yo no hice nada. Yo no me robé a nadie, no seduje a nadie a propósito, no tuve la intención de herir a nadie y sin embargo yo fui quién salió lastimada.
La cosa con la historia de Monse es que se ha repetido en cada etapa de mi vida y ahora tengo mucho miedo lol
No sé cómo vivir con eso.
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