Se cierra el taller de reparación y favores

 ¡Feliz año 2021! Espero que la vida y el tiempo sean amables y generosos con ustedes :D



El año nuevo para mí es especial porque incluso cuando sé que es una celebración inventada por el hombre, que nada nuevo pasa, que sólo el mundo le dió una vuelta al sol, el terminar e iniciar ~algo~ de forma colectiva me provoca emoción, siento que es mágico. Por eso cada año hago una lista de propósitos, junto a las doce uvas, rituales de media noche y todo eso, con la firme convicción de que si me lo propongo y me esfuerzo lo lograré. Claro, esto con los años se ha ido desgastando y sé que la vida no tiene un plan para mí porque a la vida no le importan mis decisiones (as she should, tbh) pero, si bien aunque sé que no hay fuerzas universales y divinas que me vean con ojos misericordiosos y piensen "ok esta morra ya se esforzó mucho, hay que hacerle el milagro", el iniciar con calendario nuevo me motiva, ¿Saben?


La lista de mis propósitos y deseos de año nuevo se ha ido encogiendo pero este 2021 mi principal propósito es algo que llevo ~intentando~ hacer sin mucho éxito.


Mi propósito es dejar de hacer cosas que atenten contra mi bienestar emocional, mental, físico y laboral sólo por la comodidad de otrxs.


Tengo 25 años y ya estoy súper hartísima de "hacer favores" a costa mía. 



La cosa es que siempre es una mentira. Pienso "no me cuesta nada" Y POR SUPUESTO QUE ME CUESTA. Me cuesta energía emocional, energía física, energía mental. Me cuesta mi espacio, me cuesta mi libertad, me cuesta mi tiempo, me cuesta mi dinero, me cuesta mi calma... 

Y no hablo de "favores" de forma general, hay cosas que hago que no considero favores. ¿Pero dónde está el límite entre uno y otro? No tenía manera de saberlo antes, sólo hasta que yo terminaba con un burn-out que me consumía dos o tres días. 

Con el tiempo aprendí a escuchar a mi mente y a mi cuerpo. En mi cabeza tengo listadas las actividades que sé que me consumen más y que debo aprender a manejar de forma calculada si no quiero terminar muerta en vida a las 4 de la tarde cuando apenas tengo 25. 

A pesar de tenerlo bien claro, ¿Por qué la gente me sigue pidiendo cosas que SABEN que no puedo hacerlo de forma automática? ¿Por qué yo sigo aceptando?

Si somos brutalmente honestxs, creo que en un primer principio la gente "NO SABE" porque como es neurotípica piensa que todo el mundo es igual. Si a ellxs no les cuesta algo, ¿Por qué a mí sí? Pues bitch, no somos iguales.

En segunda instancia, ¿Por qué sigo aceptando? ¿Por qué sigo siendo el tapete de lxs otrxs?

Porque no tengo autoestima, porque no sé decir que no, porque me criaron para ser servicial (¿quién me crió así? mi familia y la sociedad), porque pienso que mis cosas no tienen tanto valor como las cosas ajenas. Porque quizás mis actividades por el momento no generan ganancias económicas, porque quizás soy más útil haciendo ~eso, lo otro~

He vivido toda mi vida así porque pensé que no había otra alternativa. Pensé que el "propósito mayor", "la ganancia" era más grande que mi bienestar. 

Pensando así hice mi carrera a los 18, me titulé a los 21 y a los 23 ya había renunciado a mi plaza. Y a los 25, apenas en mi primer cuarto de siglo de vida estoy a la deriva, cansada, desorientada, insegura. Flotando nomás por ahí. 

El siempre ser lo segundo en mi lista -a veces lo tercero o hasta lo séptimo- me trajo hasta aquí. Dejé que me orillaran a esto. Perdí todo lo que por mucho tiempo me definió o lo que perseguí siguiendo las instrucciones de lxs demás pero lo que otrxs consideraron un fracaso, a mí me enseñó a defenderme a mí misma.

No puedo seguir ignorándome ni puedo seguir sacrificándome. No puedo. 

Y lo más importante: No quiero.


En el transcurso del 1ero de enero llego a la conclusión de que voy a dejar de hacerlo. Ya. Con acciones directas, precisas, que corten el lazo que me retenía.

Pero ni siquiera lo hago todavía y ya estoy sintiendo mucha culpa. ¿Culpa de qué? ¿Por qué me siento mal por ponerme en primer lugar a mí? 

Una parte de mí todavía grita y dice que puedo ~esforzarme~ más para abarcar tanto las expectativas ajenas como con las mías. Que soy egoísta. Que "puedo hacerlo" y decidido no hacerlo porque SOY FLOJA.

Flojera o no, es parte de mí y no debería menospreciarme.


Temo llegar a los 35 incluso aún más harta de todo y no llegar a ni a los 40 porque a este ritmo me mataré antes.

Si le debo algo a alguien es a mí misma. Es mi turno. Ya me toca ser amable conmigo y ponerme en primer lugar.




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